martes, 21 de septiembre de 2010

Adios de verano

Era una tarde de verano, un calor insoportable, en la vereda de la calle Suipacha, no había un alma. Sólo ella con su silla en la puerta de su casa como esperando que alguien volviera. Con el mate en la mano, recorría el barrio con sus ojos saltones. Respiraba cansada, agotada por el trabajo familiar, que tanto la consumía.


Al mediodía entró a su casa a preparar la comida. Algo livianito para que no le caiga mal a nadie, una ensaladita completa era su preferida, eso es lo que se haría. Sonó el teléfono, hacía mucho tiempo que no pasaba, ya no recordaba ese sonido. No reconoció aquella voz que la llamaba, era extraño, le preguntaban por un hombre que hacía años se había ido de esa casa. Le costó incluso recordar su nombre, cuando lo hizo memorizó su cuerpo, su piel, su rostro, sus manos y un escalofrío la recorrió. Contestó que no sabía nada de él, que hacía años se había ido y que no tenía idea de su paradero.

Al cortar su mente comenzó a divagar por el pasado habitado por este hombre que un día amo locamente. Los días empezaron su recorrido por momentos ya sucumbidos hace tiempo. Intentó apaciguar los recuerdos de un ayer vivido a la sombra de aquel que un día decidió irse para no volver jamás. Buscó por todos lados algo que la rescatara de la memoria plagada de nostalgias ajenas porque nunca había sido ella la que tomó la decisión de terminar.

Después de comer decidió embarcarse en la búsqueda de aquel personaje, no sabía por dónde empezar, qué lugares recorrer. Por más que la temperatura seguía en aumento, decidió salir a buscarlo. Comenzó por los bares de la ciudad, bodegones de mala muerte más bien; pero nada en ningún lado, ningún rastro. Llevó una foto consigo para ver si alguien lo reconocía, pero no tuvo suerte.

Después se dirigió al club mitre donde solía encontrarse con sus amigotes. Por fin lo encontró, borracho, al punto de no reconocer su nombre cuando lo llamó. Se acercó a él, lo zamarreó un poco para que reaccione.

_ Raúl!? ¿Me escuchas? Necesito que hablemos.

_ ¿Quién sos? ¿Qué querés de mí?

_Soy Paula, tu ex mujer. Quiero que me digas por qué te fuiste, por qué me abandonaste sin ninguna explicación.

_ No sé, pasó mucho tiempo, era más joven, con ganas de vivir la vida y a tu lado no podía. No quise lastimarte, fue lo mejor que podía hacer.

_ Si eras libre, hacías lo que querías. Nunca te hice problemas por nada, debí ser más dura con vos. No valió la pena el esfuerzo que hice para mantener viva la pasión que un día sin pensar destruiste.

_Paula no vengas ahora con este tipo de planteos, no los necesito. ¿Para qué me buscaste?

_ Para saber lo que te pregunté. No vales nada, sos un borracho que no sabe lo que quiere de su vida, definitivamente fue lo mejor. Tal vez no era el modo pero bueno no te puedo pedir más nada.

Se retiró pensativa, creyendo que ya no había nada más que hacer en ese lugar. En esas condiciones no podía esperar nada de aquel hombre que un día amo. Las lágrimas rodaron por su rostro despidiendo a algo que no pudo ser, que jamás fue.

Con el tiempo comprendió que era lo mejor no volver a saber nada de él, recomenzar con su vida, elegir otras cartas, barajar de nuevo.

1 comentario:

  1. TIEMPO, AMOR, RECUERDOS, MEMORIA Y FINALMENTE TOMA DE DESICIONES BUSCAR UN NUEVO HORIZONTE Y VOLVER A EMPEZAR

    ResponderEliminar